domingo, 11 de febrero de 2007

Mini-Review: Me & My Katamari (PSP)

Empiezo este blog con la mini-review de lo que para mí ha sido una de las grandes sorpresas de la PSP: Me & my katamari. Es un juego tremendamente divertido, adictivo, hortera, alocado, carismático, casposo e ido de la olla. Y repleto de un fino humor autoparódico muy bueno.


Pertenece a la saga que se inició en PS2 con los títulos Katamari Damacy y We love Katamari (llamado Minna Daisuki Katamari Damacy en Japón), publicados por Namco y diseñados por Keita Takahashi.

Controlas al Principe de Todo el Cosmos, quien debe construir islas a diferentes animales con problemas a base de recopilar objetos con nuestro katamari a modo de escarabajo pelotero cósmico. Dicho katamari es una especie de bola mágica a la que se pegan los objetos que toca siempre que sean más pequeños que ella.



Al principio empiezas recopilando objetos pequeños como monedas o caramelos, y a medida que la bola va creciendo, vas recopilando también objetos más grande que hasta ese momento eran obstáculos que te molestaban, como gatos, personas, coches, casas, ovnis, Godzillas, ballenas, barcos o islas.

Conforme vas avanzando por el juego, vas desbloqueando muchas cosas como nuevos personajes (tus primos), modos de juego, galería de músicas e intros, e incluso una versión en 2D imitando a los juegos de 8 bits (incluyendo versión casposa en midi del tema original).

El diseño artístico de la saga es tremendamente fresco, original, simplón y un tanto retro. La música es una de las mejores bandas sonoras de los últimos tiempos, tremendamente genial y variada, con docenas de temas de todo tipo: pop psicodélico, rock, canciones orquestadas, mambo, cha cha cha, canciones a capella con gallos y a grito pelao, música electrónica, samba, alguna rollo Raphael pero en japo, etc. Todo en un tono pretendidamente casposo y cutre pero realmente mágico.


El control también es muy particular, simulando el movimiento de cada mano, aunque cuesta un poco acostumbrarse a él al ser tan novedoso. La curva de dificultad está muy equilibrada
, es muy rejugable y tremendamente adictivo.

Esta saga aporta a los videojuegos una tremenda frescura y originalidad muy poco habitual, sin por ello salirse de los esquemas de los videojuegos clásicos, cosa que ocurre con los exitosos títulos como Nintendogs, Brain Training, EyeToy, o Singstar.

Imprescindible, especialmente si no tienes las entregas de PS2.

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